Una píldora contra la diabetes que podría evitar la cirugía

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El Instituto de Obesidad es consciente de que hay muchos ‘santos griales’ que la ciencia busca cada día para prevenir o tratar las enfermedades. Ahora, y de la mano de investigadores del Brigham and Women’s Hospital (BWH) en Boston nos ha llegado la noticia de que al igual que la cirugía bariátrica contribuye a tratar la obesidad a la vez que tiene un efecto terapéutico sobre la diabetes tipo 2 que sufren muchos pacientes, existe actualmente la promesa de revertir esta última patología con tan sólo una píldora. La noticia llega de la mano de este grupo de investigadores estadounidenses que han analizado si los efectos beneficiosos de la cirugía bariátrica podrían también alcanzarse pero de una forma no invasiva e igualmente efectiva gracias a un comprimido.

Ellos creen que sí a la luz de los resultados de su estudio llevado a cabo en ratones. De hecho, tal y como documenta el doctor Ali Tavakkoli, codirector del Centro para el Control de Peso y la Cirugía Metabólica del BWH, a pesar de las mejoras dramáticas en la calidad de vida y la remisión de la diabetes después de la cirugía bariátrica, el número de pacientes que se somete a esta cirugía beneficiosa sigue siendo relativamente bajo.

Los investigadores, en el documento “Recubrimiento luminal terapéutico del intestino”, publicado Nature Materials, constatan que un agente oral administrado a ratas logra recubrir temporalmente el intestino para evitar el contacto de nutrientes con la pared del intestino delgado y evitar así los picos de azúcar en la sangre después de la comida.

“Partimos de la idea de una píldora que un paciente puede tomar antes de una comida que cubre transitoriamente el intestino para replicar los efectos de la cirugía”, ha explicado el coautor principal de la investigación Jeff Karp, bioingeniero en el BWH.

“En los últimos años hemos estado trabajando con nuestros colegas cirujanos en esta idea y hemos desarrollado un material que cumpliría con una importante necesidad clínica”, ha insistido.

Para alcanzar esto objetivo, los investigadores buscaron un material que tuviera las propiedades necesarias para adherirse al intestino delgado y que luego se disolviera en cuestión de horas. Para ello, seleccionaron el sucralfato, un medicamento aprobado por la agencia reguladora del medicamento estadounidense (FDA, sus siglas en inglés) que se usa para tratar las úlceras gastrointestinales.

Además, diseñaron un material novedoso que puede recubrir el revestimiento del intestino sin requerir la activación del ácido gástrico. El compuesto, conocido como LuCI (recubrimiento luminal del intestino delgado), se puede hacer en forma de polvo seco por lo que se puede encapsular como una píldora.

“Lo que hemos desarrollado  es esencialmente, ‘cirugía’ en una píldora'”, ha aseverado el Dr. Yuhan Lee, científico de materiales de la División de Ingeniería en Medicina de BWH. “Hemos utilizado un enfoque de bioingeniería para formular una píldora que tiene buenas propiedades de adhesión y se puede unir adecuadamente al intestino en un modelo preclínico. Y después de un par de horas, sus efectos se disipan”.

El equipo encontró que una vez que la ‘fórmula’ se ‘hospeda’ en el intestino de las ratas, puede recubrir el intestino, formando una barrera delgada que altera el contacto con los nutrientes y disminuye la respuesta de la glucosa en la sangre después de una comida.

Después de la ingesta, los niveles de azúcar en la sangre aumentan y pueden mantenerse elevados con el tiempo. Sin embargo, una hora después de la administración de LuCI a los roedores, la respuesta a la glucosa se redujo en un 47%. El equipo encontró que ésta fue temporal, y después de tres horas, el efecto prácticamente desapareció.

Actualmente, y a raíz de los resultados, los investigadores están probando ahora el efecto del uso de LuCI a corto y largo plazo en modelos murinos de obesidad y diabetes. También planean avanzar algunos de sus estudios piloto que muestran que la fórmula puede usarse para administrar medicamentos, incluidas proteínas, directamente en el tracto gastrointestinal.

“El bypass gástrico es una de las cirugías mejor estudiadas del mundo, y sabemos que puede generar muchos beneficios, incluidos efectos positivos para la presión arterial, la apnea del sueño y ciertas formas de cáncer, y una mejora notablemente rápida e independiente del peso en la diabetes. “, dijo Tavakkoli, coautor del estudio. “Tener un recubrimiento transitorio que podría imitar los efectos de la misma sería un gran activo para los pacientes y los especialistas que les atienden”.

Desde el Instituto de Obesidad queremos comunicar a nuestros pacientes y familiares que entre todos los científicos seguimos luchando para erradicar y tratar la obesidad y sus consecuencias, como la diabetes. Por este motivo avances como el que presentamos aquí suponen un aliciente y una esperanza para todos.

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