La microbiota relacionada también con la diabetes

La palabra microbiota o flora intestinal está en boca de todos desde hace unos años. Bautizada así e instalada en el interior del intestino se sabe que es capaz de llegar a determinar la salud y la enfermedad de cada individuo. Pesa entre 1,5 y dos kilos y está compuesta de 100.000 millones de microbios, que incluyen como mínimo 1.000 especies diferentes de bacterias que comprenden más de tres millones de genes (150 veces más que en el genoma humano).
Ahora, un estudio publicado en la revista ‘Cell’ muestra que la microbiota intestinal tiene la capacidad de afectar la respuesta de las células a la insulina y, por lo tanto, puede contribuir a la diabetes tipo 2. Los hallazgos demuestran un mecanismo patológico desconocido.
Sabemos que la diabetes tipo 2 es una enfermedad asociada al sobrepeso y la obesidad con complicaciones serias. De hecho, desde el Instituto de Obesidad hemos hablado en alguna ocasión de que los pacientes obesos con diabetes pueden beneficiarse de la cirugía bariátrica para hacer frente a ambas enfermedades (ver https://institutodeobesidad.com/2017/01/08/puede-la-cirugia-bariatrica-ser-una-solucion-para-la-diabetes/)
Ahora los nuevos datos de esta investigación nos empujan a recomendar a nuestros pacientes asesoramiento en la dieta para proteger la microbiota.
Durante los últimos años, la microbiota intestinal se ha asociado con la salud y varias enfermedades. Sin embargo, solo unos pocos estudios han investigado si su alteración apuede afectar directamente la enfermedad.
Científicos de la Academia Sahlgrenska, Universidad de Gotemburgo, Suecia, están mostrando que la microbiota intestinal de las personas con diabetes tipo 2 sin tratamiento previo puede vincularse a un metabolismo diferente del aminoácido histidina, que se deriva principalmente de la dieta.
Esto a su vez conduce a la formación de propionato de imidazol, una sustancia que afecta la capacidad de las células para responder a la insulina. Reducir la cantidad de propionato de imidazol producido por las bacterias podría ser una nueva forma de tratar a los pacientes con diabetes tipo 2.
“Esta sustancia no causa toda la diabetes tipo 2, pero nuestra hipótesis de trabajo es que hay subpoblaciones de pacientes que podrían beneficiarse de cambiar su dieta o alterar su microbiota intestinal para reducir los niveles de propionato de imidazol”, dice Fredrik Backhed, profesor de Molecular.
El último estudio incluyó el análisis de varias sustancias en el vaso sanguíneo que va del intestino al hígado. Luego, los investigadores identificaron una concentración elevada de propionato de imidazol en pacientes con diabetes tipo 2.
Nuevas constataciones
Usando muestras fecales, también fue posible demostrar que la microbiota de las personas con diabetes tipo 2 produjo propionato de imidazol cuando se agregó histidina. Este mecanismo no se encontró en los sujetos de control sin diabetes.
El estudio incluyó 5 pacientes con diabetes tipo 2 y 10 sujetos control sin la enfermedad. Los hallazgos fueron confirmados en un estudio más amplio con 649 personas.
Luego, los científicos de Gotemburgo investigaron el efecto del propionato de imidazol en el metabolismo del azúcar y descubrieron que la molécula afectaba una vía de señalización previamente vinculada a enfermedades relacionadas con el metabolismo al activar directamente una proteína específica, el p38gamma.
“Nuestros hallazgos muestran claramente lo importante que es la interacción entre la microbiota intestinal y la dieta para comprender nuestro metabolismo en la salud y la enfermedad. El resultado también muestra que las bacterias intestinales de diferentes individuos pueden conducir a la producción de sustancias completamente diferentes que pueden tener efectos muy específicos en el organismo”, dice Backhed.