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Una técnica es efectiva dependiendo del número de reintervenciones, ya sean por fracaso o por complicaciones
Así, la GVA puede requerir reconversión a otra técnica en más del 30% de los casos, y el bypass entre el 10 y el 20%.
Las derivaciones biliopancreáticas precisan conversión en menos del 10% por la inadecuada pérdida de peso; sin embargo, el 2-5% de éstas precisan un acortamiento de la longitud malabsortiva por diferentes complicaciones.
Reintervenciones por complicación.
También llamadas de cirugía inmediata, lo constituyen las mismás causas que cualquier cirugía sobre el tracto digestivo: Hemorragia, Dehiscencia nastomótica y Peritonitis.
Hay que tener en cuenta, que en un primer estudio estas complicaciones, sobretodo la peritonitis secundaria, presentan una sintomatología muy larvada: Febrícula, discreta leucocitosis y escasos signos de peritonismo. Los medios diagnósticos por imagen, ECO, TAC, Tránsito contrastado, suelen ser de poca ayuda debido al grosor de la pared abdominal en el caso de la ecografía. El TAC en ocasiones también plantea la imposibilidad física de poder pasar al paciente por el anillo y en general la poca definición de las imágenes radiológicas con ó sin contraste.
Existe no obstante, un signo clínico de gran valor, la taquicardia por encima de las cien pulsaciones por minuto. Actualmente para muchos autores es de por sí una indicación de reintervención.
Las técnicas quirúrgicas en este periodo de tiempo van encaminadas al tratamiento etiológico:
– Cohibir la hemorragia que previamente no se ha podido tratar con endoscopia en el caso de ser intraluminal.
– Hacer hemostasia abdominal de los vasos sangrantes. – Lavados de la cavidad peritoneal en caso de peritonitis.
– En caso de fístulas abocarlas o canalizarlas mediante drenaje próximo al exterior de la pared abdominal.
– También éstas se pueden cubrir con parche seroso tipo Thal.
– La condición necesaria en estas situaciones, es retirar el material sintético (banda o anillo en la cirugía restrictiva previa).
– Los intentos de resutura de los orificios fistulosos (que pueden identificarse con la insuflación de aire por sonda nasogástrica y el relleno de la cavidad peritoneal con suero) dan malos resultados.
– La recidiva suele ser la norma evolutiva.
Reintervenciones por fracaso de cirugía previa.
Son las llamadas técnicas de rescate. Varían dependiendo de la cirugía previa realizada, restrictiva o mixta restrictiva-derivativa.
En la cirugía restrictiva se puede producir un deslizamiento de la banda, sea ésta laparoscópica en el caso del “banding” gástrico o no. En cualquier caso, las manifestaciónes clínicas más evidentes son los vómitos y sus consecuencias hidroelectrolíticas y nutriciónales. El diagnóstico se confirma con la radiografía de contraste y la endoscopia que podrá proporcionar también, efectos terapéuticos mediante la dilatación.
Otro grupo de indicación y técnica en las reintervenciones tras cirugía bariátrica restrictiva, lo constituyen las recidivas de la obesidad cuyas causas más frecuentes son el fallo del grapado gástrico o el acostumbramiento o propio engaño del paciente a realizar dietas de fácil asimilación e hipercalóricas. La técnica resolutiva puede ser el regrapado o la reubicación de la banda. Sin embargo, la mayoría de autores recomiendan la reconversión a una técnica mixta restrictiva-malabsortiva. Entre ellos la derivación gástrica en Y de Roux, técnicas de Fobi y Capella vía laparotomía o de Wittgrove y Clark por laparoscopia. O bien, la derivación biliopancreática tipo Scopinaro permiten con el uso de grapadoras abdominales, una solución al cuadro estenótico o de dehiscencia de grapado.
Existen otras posibilidades para realizar las reconversiones según la ocasión particular del paciente.
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