La pérdida de peso se consigue al restringir la cantidad de alimentos que se puede consumir.
La técnica de la Gastroplastia Tubular muestra una disminución de peso del 65-70% del sobrepeso a 5 años de seguimiento. La disminución de peso es más significativa en el 1er. año post-quirúrgico.
Son frecuentes pérdidas de 5 kg. al mes durante los primeros meses, para luego ir rebajando la pérdida hasta los 12-18 meses.
Se considera un éxito si se pierde la mitad del sobrepeso existente y la mayoría de las intervenciones lo superan. En algunas intervenciones algunos pacientes recuperan parte del peso perdido. Ninguna intervención da un éxito del 100% a todos los pacientes.
Se pueden dar casos, puesto que la cirugía es un medio (mecánico) para controlar lo que se come pero no sirve para curar los otros aspectos psicológicos de la enfermedad. Por ello, para evitar un fracaso posterior a la intervención, se necesita la cooperación del paciente y ajustar su estilo de vida a las nuevas condiciones que derivan de esta intervención, para lo cual se le dará un programa dietético para cubrir sus necesidades de nutrición y vitaminas. Cuando se llega al peso equilibrado, que de antemano no se puede predecir, el organismo se reajusta a la nueva ingesta y se mantiene el peso.
Las ventajas de esta intervención con respecto a las otras técnicas restrictivas que se realizan, es la ausencia de cuerpos extraños (intervención de Masson y Banda Gástrica) que regulan el apetito, y que por primera vez, se consigue en una técnica restrictiva.
Es una verdadera cirugía metabólica. Disminuye los niveles de ghrelina (hormona del hambre), al eliminarse la porción del estómago que la produce.
Además no requiere ajustes como la Banda Gástrica Ajustable ni realizar anastomosis (conexiones entre los intestinos) como el bypass gástrico.
La recuperación es muy rápida requiere entre 2 y 3 días de hospitalización y el reinicio laboral se puede llevar a cabo a partir de los 8 días postoperatorios.